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hardonnay es la variedad
blanca más apreciada, popular y extendida del mundo. Tiene su origen en la región francesa de Borgoña. Su
adaptación a los más diversos suelos y condiciones ha sido prodigiosa, de ahí
que podamos encontrarla en países muy alejados unos de otros.
La Chardonnay
es la variedad más utilizada para la elaboración de vinos blancos secos.
Posee un amplio abanico de posibilidades, en cuanto a la elaboración de diferentes
vinos. Por sus características pueden variar desde vinos ricos, gruesos y
espesos, adecuados para envejecer en botella, a vinos más ligeros y frescos
hechos sin madera y destinados a ser bebidos jóvenes. Es el cepaje clave de los
afamados Chablis y es una de las variedades con que se elaboran el Champagne.
Los vinos de Chardonnay,
pueden llegar a ser extremadamente complejos expresando el carácter del terruño
del cual proceden.
Vista: El Chardonnay
a la vista presenta un color variable entre paja muy pálido y amarillo paja más
pronunciado, casi dorado, que en muchos casos se debe al aporte de la madera, y
reflejos verdosos, los cuales están definidos por la variedad utilizada.
Nariz: Los
aromas característicos del Chardonnay poco maduro recuerdan a la manzana
verde, los más maduros de clima frío alcanzan una notable acidez y presentan
matices a limón, pomelo, pera, acacia, los de clima cálido, al tener más azúcar
el mosto, adquieren aromas a frutas
tropicales (mango, piña, banana, melón) puede aparecer algo de especias o
caramelo. Con crianza en roble pueden aparecer aromas a vainilla, miel y
manteca.
Boca: El Chardonnay
es largo de boca, no tiene extremos duros ni una acidez agresiva. Presenta una
gran gama de sabores los cuales están definidos por las manzanas verdes, los cítricos,
el melón, las peras, a miel, cera,
caramelo, dulce de leche y minerales.
Maduración
El vino Chardonnay
puede ser consumido joven, sin madera, y los que han pasado por roble mejoran
en botella entre tres y cinco años. Tiene una excelente capacidad de guarda; en
estos casos, aparecen rasgos avainillados y tostados, color de almendra y aroma
de avellanas y pan tostado.
Maridajes:
El Chardonnay es ideal para acompañar:
·
Pescados blancos;
·
Pescados grillados y ahumados;
·
Mariscos;
·
Carnes blancas;
·
Platos vegetarianos;
·
Pastas;
·
Pollo asado;
·
Aves con salsas a la crema y poco condimento;
·
Comida picante.
La temperatura de servicio de un Chardonnay, la cual le
permite al vino exponerse delante de nosotros destacando sus aromas y sabores,
ronda entre 8° a 10º y los de crianza a 12°.
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